La construcción del Partenón comenzó en el año 447 a.C. bajo el mandato de Pericles, un estadista destacado e influyente que lideró Atenas cuando el poder de la ciudad estaba en pleno apogeo. El templo se construyó en la Acrópolis, la cima fortificada de la ciudad, y se dedicó a Atenea, la diosa protectora de Atenas. Fue el famoso escultor Fidias quien se encargó de la ejecución artística, transformando el mármol en un edificio resplandeciente.
Tras la victoria contra los persas en el 479 a.C., Atenas se convirtió en una poderosa ciudad-estado, y la construcción del Partenón simbolizó el triunfo y la resistencia de la ciudad. Así, el gran templo se creó para conmemorar la victoria de Atenas y mostrar su esplendor en el mundo griego. Se financió en parte con el botín de las guerras persas y las contribuciones de la Liga Deliana.
El Partenón es famoso por la precisión aritmética y técnicas arquitectónicas innovadoras utilizadas en su creación. Representa la excelencia de la arquitectura griega clásica, ya que combina la precisión estética con la solidez estructural. Esta construcción rectangular mide unos 31 por 69,5 metros y sus columnas rodean la cella; se cree que esta cámara interior albergaba la estatua de Atenea, a quien está dedicado el templo.
Un elemento clave del Partenón es su diseño estructural inédito, en el que cada columna se ensancha ligeramente hacia el centro. Esta característica, conocida como «éntasis», crea una apariencia rectilínea y realza la grandeza del templo. Esto es objeto de la meticulosa atención a la geometría y proporción por parte de los arquitectos y constructores, lo que procuró estabilidad y belleza estéticas.
El Partenón está construido mayoritariamente siguiendo el orden dórico, lo que viene caracterizado por columnas sólidas con fustes estriados y capiteles de apariencia suave y sencilla. Sobre ellas, el entablamento posee un arquitrabe plano. A diferencia de la simplicidad dórica, los elementos jónicos están sutilmente presentes en el Partenón, como un friso que combina de forma única características de ambos órdenes arquitectónicos.
El Partenón ha experimentado importantes transformaciones a lo largo de los siglos, pero se mantuvo relativamente intacto hasta 1687, cuando los venecianos atacaron la ciudad de Atenas. Durante este ataque colisionaron accidentalmente el Partenón, que los otomanos estaban utilizando como depósito de pólvora. Esta explosión catastrófica causó graves daños en el templo, que aún son evidentes en la actualidad.
En la década de 1970 se puso en marcha el Proyecto de Restauración de la Acrópolis para subsanar los daños sufridos a lo largo de los siglos. Para ello se extrajeron y repararon meticulosamente casi todas las piezas del Partenón; se sustituyeron las abrazaderas de hierro oxidadas por otras de titanio y se utilizaron técnicas de construcción tradicionales para garantizar su autenticidad. Este proceso sigue en marcha para procurar que el Partenón siga siendo un testimonio de la ingeniería de la restauración y de la conservación histórica.
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El Partenón era principalmente un templo dedicado a Atenea, la diosa patrona de Atenas. También cumplía funciones religiosas y, ocasionalmente, como tesorería de la ciudad.
La arquitectura del Partenón, con sus columnas dóricas y su precisión proporcional, simboliza los valores de orden, armonía y equilibrio, señas de identidad del arte y el pensamiento de la Grecia clásica.
La construcción comenzó en el 447 a.C. y se completó en el 432 a.C.
El Partenón ha sido objeto de varias restauraciones, donde las más representativas comenzaron en la década de 1970 y continúan hoy en día.
El Partenón fue diseñado por los arquitectos Iktinos y Kallikrates, mientras que el famoso escultor Fidias dirigió el diseño escultórico.
La Acrópolis es la antigua ciudadela situada en una colina rocosa de Atenas, que alberga varios edificios de importancia histórica, mientras que el Partenón es la estructura más famosa y prominente dentro del complejo de la Acrópolis. Obtén más información sobre este tema aquí.
No está permitido entrar dentro del Partenón; los visitantes pueden pasear alrededor del mismo y verlo desde fuera.
El Partenón está situado en la parte más alta de la colina de la Acrópolis, por lo que es el monumento más llamativo y que primero llama la atención al entrar en el recinto.
El Partenón mide unos 31 por 69,5 metros y sus columnas rondan los 13 metros de altura.